“España es uno de los países de la Unión Europea que cuenta con mayor biodiversidad ganadera, fruto de la enorme variabilidad, orográfica, edafológica y climática, que a lo largo del tiempo ha posibilitado el desarrollo de multitud de sistemas de explotación, y un gran número de Razas Autóctonas adaptadas a estas diferencias ambientales. Esta adaptabilidad al terreno es debida a un mayor aprovechamiento de los recursos naturales, que repercuten positivamente en la conservación y desarrollo sostenible de nuestros ecosistemas, a través del desbroce de campos, fertilización natural del suelo, fijación de la tierra evitando la desertización y erosión.
“Así, aportan un valor añadido al medio rural y a nuestras producciones ganaderas que pueden actuar de punta de lanza para desarrollar modelos de producción sostenibles y de calidad, fomentando no solo la vertiente de conservación y mantenimiento de los recursos, sino también su mejora y utilización de cara a las futuras generaciones.”